lunes, 5 de enero de 2009


Max, según David Lynch

Pero en el teatro nocturno de Max no sucede nada, excepto esa forma que tiene el tiempo de reptar como serpiente. Max se asoma hacia el público expectante, un puñado de butacas congeladas que sudan la muerte; una risotada fuera de sincronización. ¡Otra vez el timing, Max! 

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