martes, 26 de enero de 2010

Las 31 funciones básicas que, según Vladimir Propp aparecen en los cuentos populares rusos:

1. Alejamiento: uno de los miembros de la familia se aleja de la casa
2. Prohibición: recae sobre el protagonista una prohibición
3. Transgresión: se transgrede la prohibición
4. Interrogatorio: el agresor intenta obtener noticias
5. Información: el agresor recibe informaciones sobre la víctima
6. Engaño: el agresor intenta engañar a su víctima para apoderarse de ella o sus bienes
7. Complicidad: la víctima se deja engañar y ayuda así a su enemigo, a su pesar
8. Fechoría: el agresor daña a uno de los miembros de la familia o le causa perjuicios
9. Carencia: algo le falta a uno de los miembros de la familia; uno de ellos tiene ganas de poseer algo
10. Mediación: momento de transición, se divulga la noticia de la fechoría o de la carencia, se dirigen al héroe con una pregunta o una orden, se le llama o se le hace partir
11. Principio de la acción contraria: el héroe buscador acepta o decide actuar
12. Partida: el héroe se va de su casa
13. Primera función del donante: el héroe sufre una prueba, un cuestionario, un ataque, que le preparan para la recepción de un objeto o de un auxiliar mágico
14. Reacción del héroe: el héroe reacciona ante las acciones del futuro donante
15. Recepción del objeto mágico: el objeto mágico pasa a disposición del héroe
16. Desplazamiento: el héroe es transportado, conducido o llevado cerca del lugar donde se halla el objeto de su búsqueda
17. Combate: el héroe y su agresor se enfrentan en un combate. El héroe recibe una marca
18. Victoria: el agresor es vencido
19. Reparación: la fechoría inicial es reparada o la carencia colmada
20. La vuelta: el héroe regresa
21. Persecución: el héroe es perseguido
22. Socorro: el héroe es auxiliado
23. Llegada de incógnito: el héroe llega de incógnito a su casa o a otra comarca
24. Pretensiones engañosas: un falso héroe reivindica para sí pretensiones engañosas
25. Tarea difícil: se propone al héroe una tarea difícil
26. Tarea cumplida: la tarea es realizada
27. Reconocimiento: el héroe es reconocido
28. Descubrimiento: el falso héroe o el agresor, el malvado queda desenmascarado
29. Transfiguración: el héroe recibe una nueva apariencia
30. Castigo: el falso héroe o el agresor es castigado
31. Matrimonio: el héroe se casa y asciende al trono

Vladimir Propp / Morfología del cuento

viernes, 22 de enero de 2010



IV Encuentro Estatal de Maestros Acompañantes y Bibliotecarios del Programa Nacional de Lectura, Monterrey, Nuevo León, del 27 al 29 de enero 2010

"De la Creación Literaria a la Competencia Lectora"

Programa del 29 de enero

8:30-8:35
Bienvenida
Lic Irma Adriana Garza Villarreal,
Subsecretaria de Educación Básica
Profra. Myrna Bertha Triana Contreras
Directora de Educación Secundaria

8:35-9:00
Presentación de Experiencia Exitosa
de Acompañamiento de Educación Secundaria
Profr. Héctor Villegas Jiménez

9:00-9:45
Conferencia Acercamiento a la lectura.
Trampas para lectores renuentes
Heber Israel Banda

9:45-10:00
Receso

10:00-11:30
Taller de creación literaria
Felipe Montes

11:30-12:30
Conferencia Leer, escribir, tal vez soñar
Andrés Acosta

12:30-12:50
Clausura

También participan Mónica Brozon, Irma Ibarra y Christel Guczka

viernes, 15 de enero de 2010


El nombre del blog de Javier Munguía no miente: Libroadicto. Agradezco muchísimo sus lecturas y sus puntos de vista tan enriquecedores tanto en su blog como en Revista de Letras, en esta ocasión sobre:


Mención honorífica del Premio Gran Angular 2006 en México y publicada por primera vez ese mismo año, la novela El complejo de Faetón de Andrés Acosta fue reeditada recientemente por la editorial SM. Estamos ante un libro de esos que vampirizan nuestra atención desde el principio y sólo se sacian de nosotros en el ocaso de sus últimas páginas. Un libro disfrutable, divertido, repleto de aventuras y contratiempos. Un libro sensible, que retoma un conflicto antiquísimo como lo es la búsqueda del padre ausente para mostrar su absoluta vigencia. Un libro que hay que compartir por igual con jóvenes y adultos para que descubran o confirmen el poder de la literatura de hacernos vivir como nuestros problemas que pueden o no serlo. Un libro que, por su atractivo, puede competir con la seducción de los medios audiovisuales de igual a igual, sin ningún complejo.
La novela está narrada y protagonizada por el joven Rigoberto Torrentera, mejor conocido como Rigo, e inicia cuando éste se encuentra pagando una condena en el Consejo Tutelar para Menores Infractores. Ahí conoce a don Polo, a quien cuenta su caso. Don Polo, luego de escuchar con atención la historia de Rigo, que a los lectores se nos oculta, afirma que el muchacho padece del completo de Faetón. No se nos revela aún en qué consiste este padecimiento. Al final de este primer capítulo lleno de silencios significativos e intrigantes, Rigo, conscientes de que existimos lectores que leemos su testimonio, nos anuncia que quiere contarnos, por un lado, cómo es que fue a dar a al lugar donde se encuentra; y por otro, cómo cambió su vida luego de sus pláticas con don Polo.
Con tantas trampas tan bien colocadas, es difícil resistir la tentación de conocer el resto del libro, el cual se desarrolla en dos planos narrativos que se van alternando a razón de dos capítulos para el primero y un capítulo para el segundo. Este orden se respeta de principio a fin. El primer plano abarca desde la salida de Rigo de su ciudad natal, llamada por él De Efe, a Jitania, ciudad fronteriza donde espera encontrar a un padre que no recuerda haber visto nunca excepto en una fotografía. Los sobresaltos corren a cargo de este plano y van desde la emoción de la huida hasta el misterio del padre y el enfrentamiento con peligrosos y hostiles personajes. Para hacer todavía mayores la tensión y el suspenso, Rigo hará con frecuencia saltos al futuro para adelantar datos que sólo quedarán aclarados a cabalidad decenas de páginas después. El segundo plano, de capítulos más breves, da cuenta de las sesiones entre don Polo, que resulta ser un famoso psicólogo, y Rigo. Este plano funciona como un correlato del otro, sobre el que arroja luz. En él quedará explicado el complejo de Faetón que, según don Polo, Rigo padece.
El lector tiene ante esta novela la sensación de estar ante un rompecabezas que irá armando sin demasiado esfuerzo, cuyas piezas embonan con gran precisión. El complejo de Faetón es además una obra consigue una relativa autosuficiencia de sus referentes externos: las claves para entenderla están dentro de sí misma. Incluso menciona o resume el argumento, no de manera forzada, sino natural, de los libros que pueden haberla inspirado, como La odisea de Homero y Pedro Páramo de Juan Rulfo, en las que la búsqueda del padre y el drama de esa ausencia también son centrales.
La obra también puede inscribirse en la llamada novela de iniciación, ya que su protagonista irá sufriendo un proceso de autoconocimiento gradual y reflexión que lo llevarán a un grado de madurez del cual al principio carecía.
Nada más que agregar a lo dicho, que intenta ser, sobre todo, una invitación emocionada y, espero, contagiosa, a leer el libro.
Javier Munguía / Libroadicto

lunes, 11 de enero de 2010


Javier Munguía, crítico literario y autor de los libros de cuento Gentario y Mascarada, publica en su blog Libroadicto, en Cuatrogatos y en la Revista de Letras una reseña de OLFATO:


Hay cierto tipo de literatura infantil y juvenil que, sin caer en el didactismo, sin tratar de cohesionar a sus lectores o imponerles normas de conducta, los enfrenta a conflictos que les abren los ojos respecto de sí mismos, de su entorno, de la convivencia con los otros. Ya sean circunscritos al ámbito que conocemos como realista o ubicados en planos fantásticos que van más allá de las experiencias comunes, que incorporan a su materia narrativa la desmesura imaginativa, los sueños y los miedos más recónditos, estos libros entretienen pero también dan cuenta a sus lectores de la compleja y contradictoria materia de la que estamos hechos los seres humanos.
Un segundo tipo de literatura para niños y jóvenes tiene un propósito más modesto, pero no por ello desdeñable: mostrar a su lector los poderes de la literatura para embrujarlos, para retenerlos ante el papel y la tinta sin otro gancho más que la intriga narrativa, que el prurito por conocer los pormenores y los giros de una historia apasionante. No es que en esta clase de obras los problemas acuciantes de mujeres y hombres estén del todo ausentes, sino que el énfasis no está puesto en profundizar en ellos, sino en colmar esa necesidad milenaria de inventar y contar relatos que nos saquen de nuestra vida cotidiana y nos hagan vivir aventuras de otro modo inalcanzables.
A este segundo tipo enunciado corresponde el libro que ahora reseño: Olfato, de Andrés Acosta. La novela consta de un prólogo y tres partes, contadas por dos narradores distintos. Apenas iniciada la obra, el joven Fulvio, de 17 años, nos hace una revelación crucial con una naturalidad tal que no nos queda sino creerle: él es un vampiro. Fulvio nos revela varios datos más, entre los cuales nos suelta, para picarnos la curiosidad, que está pasando por apuros y que acaba de hacer un pacto que no puede romper. Si queremos saber cómo es que se hizo vampiro, si salió bien o mal de sus problemas y de qué se trata ese pacto irrechazable, tendremos que seguir leyendo el libro.
Toda la primera parte Fulvio la dedica a narrarnos cómo le fue inoculado el virus que lo ha convertido en un chupasangre. La segunda parte nos depara una sorpresa: en ella Fulvio está del todo ausente. Se hace cargo del relato un narrador en tercera persona que nos cuenta la historia del Coronel, un hombre maduro muy parecido al creador de la franquicia Kentucky Fried Chicken cuyo trabajo consiste en sumergirse en coladeras llenas de mierda para destaparlas. Pero el destino del Coronel, del cual está más que harto, cambiará pronto con el hallazgo, entre aguas podridas, de un anillo de oro y un ejemplar de la famosa novela de Patrick Süskind El perfume. Estos dos objetos le darán nuevas ambiciones e ideas para alcanzar el poder por el que siempre ha suspirado. En la tercera parte del libro, donde la tensión alcanza nuevas cimas, los primeros dos planos convergen. Vuelve como narrador y protagonista Fulvio, quien además de aprender a ser un vampiro tendrá que enfrentarse a fuerzas extrañas. En este apartado aparecerán fragmentos que, como el prólogo del libro, se diferencian por el uso de otro tipo de letra y que serán anticipos en el tiempo, indicios que tienen como fin que el interés no decaiga nunca.
Con esta novela, Andrés Acosta resultó ganador del Premio Gran Angular México 2009, del que ya había quedado finalista en 2006 con El complejo de Faetón. Luego de la lectura de Olfato, el premio no podrá sino parecernos muy merecido. Estamos ante un escritor con pleno dominio de sus recursos, que además de dar a su novela una estructura impecable, posee un estilo que, sin sacrificar la agilidad ni caer en la afectación, ofrece un lenguaje rico en su variedad.
El libro presenta al lector joven un protagonista con el que puede identificarse, pues lo aquejan muchas de las dudas e inquietudes de los adolescentes y a la vez vive aventuras con las que muchos de ellos quizá han soñado en repetidas ocasiones. En todo caso, Olfato tiene los méritos suficientes para seducir a lectores de cualquier edad, pero es ideal para iniciar a los jóvenes en los placeres de la lectura.
Javier Munguía / Libroadicto

viernes, 8 de enero de 2010

En el Espacio Cultural Metropolitano de Tampico, en mayo de 2009, se clausuró un taller de teatro con la puesta en escena de la obra Cosas de niños, basada en mi cuento Lavadora de culpas.


Cierre de Talleres de Artes Escénicas en el Metro


Sandra Muñoz directora académica y los maestros de los Talleres de Teatro
Sandra Muñoz directora académica y los maestros de los Talleres de Teatro

No interesa en este momento, si algunos de ellos se van a dedicar en un futuro a realizar danza o al teatro de manera profesional, lo que sí nos interesa es que desde edades tempranas del desarrollo se fomente la creatividad: Muñoz.

2009-05-29•Cultura

En el Espacio Cultural Metropolitano darán por terminado el ciclo de los talleres culturales en donde los alumnos tendrán la oportunidad de mostrar lo aprendido en las clases que comprende el periodo 2009-1, lo anterior informó Sandra Muñoz directora académica del Metro.

Este sábado 30 de Mayo a las 13:00 horas cerrará el taller de iniciación musical y el taller de cuerda, este último es la primera vez que se abre tiene apenas un cuatrimestre y las miras a mediano plazo es formar la Orquesta de Cámara Infantil del Metro la entrada es gratuita, se presentará en el Teatro Experimental.

“Es un espectáculo en donde además los maestros van a apoyar a los niños y van a presentar una pieza musical al final, los alumnos de este taller son pequeños de entre los cinco y once años, “cabe destacar que nunca antes en la vida habían tomado un instrumento en sus manos y pues nos da mucho gusto que puedan presentar lo que han aprendido”, mencionó Muñoz.

Ese mismo sábado 30 pero a las 20:30 horas, dará por culminado el Taller de Danzas Españolas en el Teatro Metropolitano que dirige la maestra Lizzet Pérez, quien presentará el espectáculo Andalucía Mía que tendrá una duración de dos horas, tiene un costo de 40 pesos la entrada, en donde podrán ver a las alumnas principiantes, intermedias y las avanzadas, este ultimo grupo tiene ya cuatro años tomando esta clase.

Para el domingo 31 de Mayo durante todo el día darán por cerrados los Talleres de Teatro en el Teatro Experimental del Metro, a las 10:00 horas se presentará el Taller de Teatro Infantil Uno, con la obra Cosas de Niños que está basada en el cuento infantil Lavadora de Culpas.

A las 12:30 se presentará el Taller de Teatro Infantil Dos con la obra El niño Que No Existía de Emilio Carballido, a las 16:00 horas tendrán el cierre del Taller de Teatro de Adultos con la obra Uno, esta obra merece mención especial por que el texto fue creado por los mismos participantes del taller ellos hicieron propuestas sobre todo de la relación de pareja, escribieron unos textos y lo ensamblaron para presentar este espectáculo.

A las 19:00 horas se presentará el Taller de Teatro Juvenil Dos con la obra las Reglas del Buen Noviazgo que es una adaptación que realizó Stacy Aguirre de La Escuela de las Mujeres, de Moliere, las puestas en escena de los Talleres de Teatro tendrán un costo de 20 pesos la entrada.
Ese mismo día pero en el Teatro Metropolitano a las 20:30 horas culminará el Taller de Danza Clásica que dirige la maestra Lubmina Solevnikoba, que tendrá un costo de 40 pesos.

“Solo quedaría pendiente el cierre del Taller de Teatro Juvenil Dos que será el domingo 7 de Junio en el Teatro Experimental con la obra Se Rentan Cuartos por un Día y así concluimos con periodo académico 2009-1 de los Talleres de Artes Escénicas del Metro, ya que nos estamos preparando para el Verano de Artes que será en Julio para el cual ya se pueden inscribir”, mencionó la Directora Académica del Metro.

“Es para nosotros un logro muy importante siempre que clausuramos un cuatrimestre por que creemos que estamos fomentando la creatividad en los niños, no interesa en este momento si algunos de ellos se van a dedicar en un futuro a realizar danza o al teatro de manera profesional, lo que si nos interesa es que desde edades tempranas del desarrollo fomentar la creatividad, el conocimiento de las artes y la creación de un público mas inteligente” culminó Sandra Muñoz.


jueves, 7 de enero de 2010


Javier Munguía, escritor y crítico literario que colabora en diversas revistas, publica hoy en su blog Libroadicto una reseña de:

El escritor mexicano Andrés Acosta tiene una larga trayectoria como autor de cuentos y novelas, tanto para niños y jóvenes como para adultos. Entre sus numerosos reconocimiento está el Premio FILIJ de Cuento 2005, que otorga la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil de México. La obra galardonada es la que ahora me ocupa, un álbum ilustrado de nombre Lavadora de culpas.
El narrador anónimo de esta historia nos relata, ya adulto, dos episodios que le ocurrieron de pequeño y que marcaron el rumbo que a partir de entonces tomaría su vida. Por un lado, la llegada a su casa de una nueva lavadora, cuyo uso desconoce. Un comentario de su padre lo lleva a decidir que el aparato sirve para lavar culpas. Cuando, tras un incidente ingrato en su escuela, decide probar la efectividad de la lavadora, el experimento parece dar resultado. Por otro lado, a su padre lo despiden del trabajo por un presunto delito que no cometió. El narrador deberá descubrir, y con él el lector, de qué forma están relacionadas ambas anécdotas.
Este pequeño libro propone una reflexión muy necesaria sobre la responsabilidad propia, sobre la empatía. Para madurar, el protagonista deberá primero salir de sí mismo, aunque sea de manera figurada, y ponerse en los zapatos de los otros. Este ejercicio lo ayudará a descubrir el tipo de persona que quiere ser de adulto.
Las ilustraciones de la obra, a cargo de Manuel Monroy, le dan a Lavadora de culpas el toque necesario de humor a través de su desmesura: la lavadora es inmensa; los brazos de algunos personajes son demasiado largos; las cabezas, grandísimas; algunos rostros, graciosamente asimétricos y deformados.
Si de encontrar algún reparo se trata, se podría mencionar que el mensaje central del texto se nos presenta de forma explícita por medio del narrador. A pesar de que el libro está dirigido a lectores pequeños, lo ideal habría sido que éstos aportaran la reflexión, cuyo hallazgo no es complicado, sino que se desprende de forma natural de la historia misma.
Vale la pena mencionar alguna imagen poética discreta, pero evocativa, que el narrador dispara para referir al sueño, así como una sutil analogía entre cierto color, la función de la lavadora y la ética del protagonista. Estos recursos invitan a los lectores a establecer relaciones que van más allá de lo argumental.
Por si hiciera falta, Lavadora de culpas es una muestra más de que la literatura infantil y juvenil no es inofensiva, sino que, en su aparente modestia, es capaz de rasguñar las conciencias y los corazones de sus lectores.

lunes, 4 de enero de 2010




"Un libro debe construirse como un reloj y venderse como un salchichón."

Oliverio Girondo