domingo, 3 de abril de 2011


Presenta el escritor Paul Medrano su libro de cuentos en la semana cultural para festejar el 60 aniversario del Bar del Puerto, en Acapulco

Flor de Capomo, divertimento literario

REDACCIÓN
El escritor Paul Medrano (Ciudad Victoria, Tamaulipas, 1977) presentó este sábado su libro de cuentos Flor de Capomo, como parte de las actividades que se llevan a cabo en Acapulco como parte de la semana cultural para festejar los 60 años del Bar del Puerto, espacio que se ha abierto a diferentes manifestaciones artísticas. En palabras del autor, “Flor de Capomo es un libro de 14 cuentos. Cada relato se titula como una canción norteña –pero del norteño clásico, acota–, asimismo, cada historia comienza con la primera estrofa de la melodía. Si bien las historias no necesariamente transcurren en un escenario de narcotráfico, sí hay dos o tres elementos relacionados con ese ámbito. Pero conviene aclarar que el narco no es el eje central.
“Aquí solamente hay vericuetos cotidianos de personas comunes como un ranchero, un periodista o un taxista, que en ocasiones se entremezclan con situaciones violentas, trágicas, decepcionantes o ridículas. Flor de Capomo es un divertimento narrativo, antes que un libro”, explica.
Dos Caminos, novela con la que debutó, publicada por la UNAM el año pasado, es diferente a Flor de Capomo porque la primera obra habla de dos historias unidas “con algo de metaliteratura. Hay mucha experimentación narrativa, muchos planos literarios. En Flor de Capomo, en cambio, hay menos pirotecnia narrativa, menos temática del narco y más humor. Lo hice como un homenaje a la música norteña, la cual es más mexicana y más chingona que el mariachi.
“El norteño es el equivalente mexicano del jazz en Estados Unidos: comenzó en cantinas, discriminado. Ahora, Los Tigres del Norte son reseñados en El País; hay verdaderas joyas, como Pícame tarántula (como la que hace Juan Villareal y sus Cachorros), La nueva Zenaida (con el Flaco Jiménez & Fred Ojeda) oRueda de Fuego (tema de Jonnhy Cash covereado por Mingo Saldívar). A partir de ese universo musical arrancan las historias de Flor de Capomo”.
Sobre la difusión del trabajo literario, el autor dice que actualmente no se puede hablar de “problemas para publicar”, porque “Internet ha revolucionado los procesos para mostrar tu trabajo, sea fotografía, libro, cómic, disco, cine. Los espacios en medios masivos se han incrementado de forma considerable. Quien se queja de problemas para publicar es porque de plano no quiere hacerlo”.
En cuanto al panorama local, lamenta que la tradición literaria de Guerrero haya sido ignorada u olvidada. Afirma que esta situación “mucho se debe a grillas culturales, algunas de ellas, tristemente, pagadas por el poder político”.
En ese tema, reflexiona: “Nos preocupamos más por aplaudir atentados lingüísticos como el que hizo el PRI al cambiar el gentilicio de chilpancingueño a ‘chilpancinguense’, en vez de difundir la obra de chilpancingueños como Andrés Acosta o Luis Zapata. Se antepone la negativa a leer a Eduardo Añorve o a Carlos F. Ortiz sólo porque son criticones. Se desaprovecha el arsenal de escritores como Federico Vite, Jesús Bartolo, Brenda Ríos o Ángel Carlos. Se censura a la juventud, pero se pasa por alto el talento de gente como Ulber Sánchez, Iris García, Renato Rueda o Antonio Salinas”.
Apremió a emprender “una gran campaña” para difundir el trabajo de los escritores guerrerenses, “llevarlos (a ellos y sus libros) a las escuelas, a las plazas públicas, a las cárceles, a las ferias”.
Fuente original: La Jornada Guerrero

No hay comentarios: