domingo, 17 de mayo de 2009


El mito, según Jospeh Campbell:


Sea que escuchemos con divertida indiferencia el sortile­gio fantástico de un médico brujo de ojos enrojecidos del Congo, o que leamos con refinado embeleso las pálidas traducciones de las estrofas del místico Lao-Tse, o que tra­temos de romper, una y otra vez, la dura cáscara de un argumento de Santo Tomás, o que captemos repentina­mente el brillante significado de un extraño cuento de hadas esquimal, encontraremos siempre la misma historia de forma variable y sin embargo maravillosamente cons­tante, junto con una incitante y persistente sugestión de que nos queda por experimentar algo más que lo que podrá ser nunca sabido o contado.

En todo el mundo habitado, en todos los tiempos y en todas las circunstancias, han florecido los mitos del hom­bre; han sido la inspiración viva de todo lo que haya po­dido surgir de las actividades del cuerpo y de la mente humanos. No sería exagerado decir que el mito es la en­trada secreta, por la cual las inagotables energías del cosmos se vierten sobre las manifestaciones culturales humanas. Las religiones, las filosofías, las artes, las formas sociales del hombre primitivo e histórico, los primeros descubrimientos, científicos y tecnológicos, las propias visiones que atormentan el sueño, emanan del fundamental anillo mágico del mito.


Joseph Campbell / El héroe de las mil caras


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