martes, 29 de diciembre de 2009


Hoy, en el Universal apareció un interesante artículo de Yanet Aguilar Sosa sobre la literatura actual de vampiros y ahí se menciona OlFaTO:


El año en que la literatura nos clavó los colmillos

Las historias de vampiros salieron a la caza de lectores en el 2009 y vaya si consiguieron buenas y muchas presas con sus dientes afilados, sus caras pálidas y sus suspiros de amor

YANET AGUILAR SOSA
EL UNIVERSAL
MARTES 29 DE DICIEMBRE DE 2009
YANET.AGUILAR@ELUNIVERSAL.COM.MX

El 2009 ha superado todas las expectativas y se ha convertido en el año de los vampiros, a pesar de que para 2008 Sthepenie Meyer había vendido más de 20 millones de ejemplares con su exitosa saga Crepúsculo. En México, a lo largo de este año que termina, aparecieron decenas de libros protagonizados por “chupasangre” que sedujeron a los lectores con sus colmillos afilados, su cara pálida y sus historias de amor.

Los vampiros que protagonizan historias como La sociedad de la sangre y El año de las desapariciones de Susan Hubbard; Vlad. La última confesión del Conde Drácula de C. C. Humhreys; Nocturna de Guillermo del Toro y Chuck Hogan; Bruja mala nunca muere y El bueno, el feo y la bruja de Kim Harrison; Adicción y Medianoche de Claudia Gray; Amantes de sangre y El príncipe maldito de Ramón Obón, comparten ciertos elementos: son jóvenes, modernos, románticos y en algunos casos, luchan contra su naturaleza para evitar saciar sus instintos.

Esa serie de títulos que se sumaron a otros exitosos como La casa de la noche de P. C . Cast y Kristin Cast que incluyen seis entregas, tres de las cuales ya están traducidas al español; Muerto hasta el anochecer la saga de siete títulos de Charlaine Harris que ha inspirado la serie de televisión True Blood; y la serie de crónicas vampíricas escritas por L. J. Smith que va en su título cuatro; así como La melodía oscura y Destino oscuro de Christine Feehan, que han mantenido viva la fiebre por los vampiros que detonó Sthepenie Meyer con su tetralogía.

De dónde vienen los “chupasangre”

El vampiro es un tema clásico que comenzó a tener presencia en la literatura desde las leyendas en torno al vampirísmo en Rumanía y que generaron obras como “La novia de Corinto” de Goethe, “Manuscrito encontrado en Zaragoza” de Potocki, “Vampirismo” de Hoffmann, “El Vampiro” de J. W. Polidori o “Berenice” de Edgar Allan Poe, hasta llegar a “Drácula” de Bram Stoker, que impulsó un mito que a veces duerme largas temporadas y de repente, pasado un tiempo, vuelve a resurgir para continuar contando su historia.

Vicente Quirarte, escritor, especialista y apasionado de los monstruos, en particular del vampiro, asegura que este 2009 sí ha sido un año con una gran explosión de historias con vampiros, pero a veces son literatura de muy dudosa calidad y alguna que otra es de buena manufactura.

“El vampiro es inmortal y va teniendo sucesivas lecturas. Los libros de la saga de ‘Crepúsculo’ me parecen de una superficialidad terrible y muy light, pero supongo que es por una cuestión generacional”, señala el autor de “El ángel es vampiro” y “Del monstruo considerado como una de las bellas artes”.

La parte oscura, interés de jóvenes

El escritor mexicano Andrés Acosta, quien en 2009 obtuvo el Premio Gran Angular con su novela Olfato, asegura que algunos de los temas que les interesan a los jóvenes de este siglo XXI tienen que ver con la música y las cosas oscuras, entre esos elementos de la oscuridad destacan los vampiros.

“Más que el vampiro, lo que le interesa a los jóvenes es una especie de arquetipo oscuro, que es esa parte negra que tiene el Doctor Jeckyll o Mister Hyde y que se va metamorfoseando por épocas; de acuerdo con la época actual corresponde a esa parte oscura de un muchacho joven que maneja internet, que le gusta la música y que tiene todas estas características que lo distinguen de otras épocas y de otras culturas”, afirma el escritor.

Autor de varias historias que exploran la parte oscura y que ha dado lugar a libros como Doctor simulacro y El complejo de Faetón, Acosta asegura que los jóvenes se interesan en la oscuridad porque están en la búsqueda de su propia identidad, sobre todo de su identidad oscura. “Esa es la identidad que buscan los darketos, los emos, todas estas tribus urbanas que hacen alusión recurrente hacia lo oscuro, a la música gótica y que algunos identifican con lo maligno y lo diabólico pero que no necesariamente es así porque es una parte del ser humano que está un poco escondida, que tiene una parte muy creativa porque dentro de la sombra existen aspectos de lo más creativo para la música, para la literatura, para la vida cotidiana”.

Seres oscuros: apuesta editorial

Cuando las editoriales mexicanas vieron el gran potencial de ventas que las historias de vampiros tienen entre el público joven -aunque los adultos no han escapado a ellas- y que han sido llevadas al cine logrando ventas millonarias en taquilla, provocaron un interés redoblado por “fichar” a los autores de relatos de vampiros adolescentes.

No era cosa difícil. La fiebre vampírica también contagio a los escritores que aprovecharon el fenómeno para contar sus historias; algunos de ellos ya tenían un pasado indagando en los vampiros, hombres lobo y otros monstruos, pero muchos de ellos son autores primerizos que han encontrado la mina de oro en las historias de “chupasangre” jóvenes.

La escritora estadounidense Claudia Gray, autora de la saga Medianoche, reconoce que en la actualidad hay una moda por hacer literatura de vampiros. “Es especialmente popular, de momento es la moda, pero desde que Drácula surgió ha habido libros populares y muy famosos, películas, cómics; los vampiros nunca han abandonado la escena. La diferencia es que ahora es más popular, está en la cumbre de la moda, jamás van a desaparecer, siempre va a haber un público que le va a interesar este tipo de ficción”.

La narradora que estuvo en México promocionando los primeros dos títulos de su saga -Medianoche y Adicción- a la que se sumará dos libros más: Hourglass y Afterlife -títulos en inglés- que serán publicados durante 2010, asegura que hay mucha gente que escribe de vampiros, pero no todos se interesan verdaderamente por esos seres.

“Cada vampiro es una metáfora con aspectos diferentes. Evidentemente todo mundo responde al entusiasmo del público hacia los vampiros pero me parece que no hay manera de escribir y cautivar al lector si a ti no te interesa, si no te llama la atención a ti, los lectores tampoco lo disfrutarán”, afirma la autora.

100% mexicanos

Ese es el panorama, los editores comenzaron a publicar en español los libros que han conquistado al público de Estados Unidos y que son garantía de éxito porque vienen precedidos del gusto popular. Aunque buena parte de los títulos que se exhiben en librerías y fueron la sensación de las ferias de libros son de autores estadounidenses, en México hay narradores que se han sumado al tema.

En su mayoría, son creadores que siempre han explorado el terror, la fantasía y el lado oscuro. El cineasta Guillermo del Toro quien se reveló como escritor en este 2009 con Nocturna ha experimentado la fantasía y el terror desde el cine, ahora ha entrado a la literatura -donde hará dos entregas más- una historia en la que los vampiros son portadores de un virus maligno.

También Andrés Acosta, ha hecho lo propio con la exploración literaria de la parte oscura del ser humano. Así lo hizo este año con Olfato, novela donde se aleja del vampiro tradicional que ha puesto de moda Estados Unidos para crear un vampiro joven y muy mexicano.

“Mis fuentes no son directamente alimentadas por Bram Stoker, sino que provienen de otra literatura, por ejemplo la del psiquiatra suizo Carl Gustav Jung que tiene una teoría acerca de un arquetipo que existe en la humanidad que es la sombra; él nunca habla de los vampiros, pero sí lees el concepto de Jung acerca de la sombra te das cuenta que casa con los vampiros, que por otro lado se van transformando época tras época”.

Otro de los mexicanos que ha indagado en la narrativa de colmillos y sed de sangre es el abogado, cineasta y escritor Ramón Obón, que ha escrito la única saga mexicana que circula en librerías y ferias de libros. Se trata de la trilogía que arrancó en 2008 con El príncipe maldito, que continuó en 2009 con Amantes de sangre y cerrará en 2010 con El ocaso de los malditos. Obón es apasionado del género de terror, tanto que el fue director de la cinta El imperio de Drácula y es hijo del autor de El vampiro, la película protagonizada por Germán Robles.

Drácula regresa 120 años después

Aunque Andrés Acosta opina que el vampiro “está un poco desgastado en este momento” y en medio de toda esa gran cantidad de títulos que la industria editorial mexicana puso al alcance de los lectores durante 2009, hay una historia que superó a todos los títulos porque a 120 años de que Bram Stoker escribiera Drácula -la novela emblema de la literatura de vampiros- su sobrino biznieto, Dacre Stoker, escribió la secuela Drácula, el no muerto a cuatro manos con el historiador Ian Holt.

Mientras para Vicente Quirarte ese libro hecho por el sobrino biznieto de Bram Stoker le parece “una mercadotecnia pavorosa, pues están explotando el nombre de Bram Stoker” y llama a los lectores jóvenes a leer Drácula -el original- la propuesta del descendiente del mítico escritor es volver al origen del mito con una visión “más actual” y cumplir el deseo secreto de su antepasado, que asegura era: “Mantener viva la historia”. Dacre Stoker ha dicho que el final abierto de Drácula hacía sospechar que su antepasado no quería despedirse definitivamente del vampiro.



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