La muerte es uno de los temas fundamentales de la literatura junto con el amor. La combinación de los dos asuntos aderezados con la aventura han generado las temáticas más atractivas para los jóvenes mexicanos que este año se volcaron a leer títulos que exploran elementos de oscuridad, como los seres fantásticos, los monstruos y en especial la muerte; pero no dejaron de indagar en los libros con información para chavos.
Sagas como Ghostirl, de la escritora estadounidense Tonya Hurley; la trilogía La puerta oscura, del escritor español David Lozano; la serie El ejército negro, del español Santiago García Clairac, compitieron en una batalla cerrada por conquistar el gusto de los jóvenes mexicanos y se enfrentaron a títulos que siguen teniendo ventas millonarias como Quiúbole con... de Gaby Vargas y Yordi Rosado, que siguen teniendo ventas que superan el millón de ejemplares en dos años, entre adolescentes que consideran estos libros su biblia personal.
Aunque la tetralogía de Crepúsculo, de Sthepenie Meyer, sigue generando atracción fatal entre adolescentes, otras historias como La materia oscura, de Philip Pulman compuesta por La brújula dorada, La daga y El catalejo -que han comenzado a ser llevadas al cine-, además de Las crónicas de Spiderwick de Tony Diterlizzi, han tenido buena recepción.
Sedientos de historias fantásticas
Adriana Beltrán, directora editorial de Alfaguara Infantil y Juvenil, asegura que las temáticas que interesan a los jóvenes son generacionales, pero hoy en día los libros juveniles aunque tocan muchos temas cotidianos de ellos, siempre que están dotados de cierta aura de fantasía.
“En realidad desde Harry Potter, donde las relaciones y los problemas entre los personajes son muy cotidianos, tienen un halo de fantasía; lo mismo sucede en Crepúsculo y en Ghosgirl. Los testimoniales crudos que leímos en los años 80 donde no había nada de fantasía, pero sí una crudeza total, hoy día no son del gusto de los jóvenes”, afirma la editora de Alfaguara.
Beltrán asegura que algunas histconquistan a los jóvenes porque combinan situaciones cotidianas, no los juzgan ni los enfrentan a su realidad de vida y en cambio les dan fantasía; Daniel Goldin, editor de Océano Travesías, opina que los libros de terror son exitosos porque responden a una necesidad muy profunda de la psique.
De la misma opinión es el escritor Antonio Malpica, autor de varios libros entre ellos Siete esqueletos decapitados; reconoce que muchos de los niños y jóvenes que se le acercan para escuchar sus historias quieren historias de terror “que les den miedo y nos los dejen dormir” por eso su intención “es espantar sin traumar; los muchachos de hoy están más permeados por las cosas horribles que vivimos y saben distinguir muy bien entre la ficción y la realidad”.
Apuesta por historias de calidad
Andrés Acosta, un autor con gran interés en entregar historias para niños y jóvenes de calidad, asegura que en algunos momentos el libro de literatura juvenil se ha hecho un poco superficial y se ha confundido un tanto con el libro de consumo “que es lo que pasó un poco con Sthepenie Meyer, como no son libros muy cuidados y son bastante superficiales de alguna manera han conseguido que se estigmatice el tema de los vampiros y lo juvenil sea como un subgénero”.
La propuesta de Acosta y de otros autores para jóvenes en México es sacar a la literatura joven de la etiqueta de lo juvenil y llevarlo simplemente al de la literatura. “No es descubrir el hilo negro porque lo hizo Herman Melville con Moby Dick; hizo una gran novela que muchas veces se le achaca de ser juvenil pero cuando uno rebasa ese prejuicio y la lee se da cuenta que es una cosa muy compleja; claro, hay aventura, personajes jóvenes, pero es un libro enciclopédico, profundo, muy complejo”.
Frente a la fantasía... Quiúbole
Yordi Rosado es el autor mexicano que más libros ha vendidos sin ser escritor, pero él junto con Gaby Vargas ha escrito tres ediciones de Quiúbole con… que en dos años ha vendido más de un millón de libros entre los adolescentes que lo consideran su “biblia personal”.
Tan solo en su reciente edición, que fue corregida en temas como sexualidad y aumentada con 200 páginas y un montón de dibujos y recuadros, vendió 100 mil copias en dos meses pero sólo en preventa. Sigue siendo un fenómeno editorial que rompe cánones con un libro de información que se basa en una empatía con los chavos para darles información desde qué onda con el ligue hasta qué onda con el sexo oral.
Los jóvenes son la población más numerosa, eso hace que los fenómenos literarios juveniles deriven a su vez en fenómenos de ventas extraordinarias.
Fuente El Universal, autora: Yanet Aguilar Sosa
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